Copa del Rey (Crónicas diferentes)
La vergüenza fue atronadora y el himno nacional lo tuvimos que tragar como si fuesen ruedas de molino, doce mil decibelios rompiendo tímpanos al más puro estilo franquista intentaban ensordecer el campo del Mestalla... Y, poco después los trileros blancos, coceando y rebuznando les "birlaron" el partido a los culés, pidiendo explicaciones y rompiendo el juego cada vez que los de Guardiola tocaban el balón. El acoso y derribo al mejor fútbol jamás conocido de la mano de un arbitro con un silbato amarillo, coaccionando de sacar tarjetas del mismo color a los blaugranas, permitiendo todos los desmanes habidos y por haber al equipo del "reino", huyendo como alma que lleva el diablo y, amenazando de tal forma al equipo culé, la primera parte del encuentro fue lo más parecido a una "caza de brujas" dirigida por un prepotente Mourinho qué gesticulaba como un poseso, al más puro estilo Salazar. El resto, una gran vergüenza nacional por el comportamiento del