"Marilin" ( Crónicas diferentes)
Yo también la conocí y fue en París. Joven, barbilampiño y cuerpo de hombre. Acabado de llegar, unos conocidos que hacia escasos minutos me los presentaron, me invitaron a una fiesta...
Fue en el metro donde por primera vez sentí el roce de su mano. Iba como una res al matadero, todo era nuevo para mi, desconociendo el extranjero, idioma, ¡era todo ojos!... Cuando por por primera vez sentí el roce de su mano. Dulce, suave, carnosa delicadamente y, agarrado a la baranda que nos sobrevolaba dentro del metro, posando dulcemente su generosa mano, apretaba la mía cariñosa, sugestivamente.
Hoy, muchos, muchísimos años después me encanta evocar aquél maravilloso encuentro. Fueron mis primeros síntomas de saber que el corazón se encontraba en el ombligo, motor y alma de maravillosos recuerdos...entrañables sabores de goce eterno. Luis
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