"De mala educación" (Crónicas Diferentes)
El otro día pillé una rabieta que terminó por descolocarme, estuve por diferentes lugares, como cualquier hijo de madre lo hace diariamente, resultado; un ascensor público en tiempo de bajada y un buenos días a los que allí esperaban, ni dios me contestó....
Al llegar arriba del lugar, amablemente abriendo puertas, ni un gracias, ni un hasta luego, nada de nada.
Al bajar, pasado ya un tiempo, otros delante de mí, esta vez les tocó a ellos ir abriendo puertas, como si estuviesen solos ¿creéis que alguien se dignó sujetar la puerta?. como un imbécil soportando esta mala educación, me paré y sin moverme, viendo el comportamiento del energúmeno, allí me quede atónito.... ni puñetero caso.
Mas tarde, con mi bicicleta paseando a lo largo y ancho de Donostia, despacio como siempre, oí algún improperio de que si las bicis, de que si las aceras ¡otra vez! así ocurrió, ya estoy acostumbrado y a otra cosa, mariposa.
Debía hacer un par de gestiones, informarme de algo y otra vez la misma historia ¡buenos días! y ni dios que te contesta. Mirándome descaradamente como si viniese de otro planeta, observé disimuladamente y pronto comprendi, gentes cutres, amargadas allí habían para dar y tomar...
Llegó mi turno y otra vez buenos dias al funcionario, ¡ni buenos dias ni hostias! así de claro. El pibe, qué sinceramente no pegaba para nada con el entorno, ni con el trabajo, me miraba con cara de gilipollas y que finalmente no me aclaro nada ¡cojonudo!
Paseando de nuevo con mi tartana por el "Bule", saludé a un par de conocidos, o estaban sordos, mal de la vista, ni puñetero caso me hicieron.
Día triste, más bien de funeral, acostumbrado como estoy a la risa fácil, dicharachero, a veces simpático. Comí fuera de casa y la verdad que degusté la buena cocina, pero me sirvieron casi a patadas, a pesar de que allí estábamos cuatro monos, le tuve que decir al camarero que no tenía ninguna prisa, pero se empeño el cazurro de él, como un poseso, no dejarme terminar casi el plato, que ya te estaba cambiando el siguiente...hay dias y dias.
De vuelta ya para casa después de un largo paseo, haciendo la digestión, riéndome de las tristezas, de las rarezas del día, no como otro cualquiera, pensando en cuanto maleducado había topado este día, sin darme cuenta ya me encontraba en la puerta de casa.
¡Qué recibimiento! qué alegría, no me dejó casi ni abrir la puerta del jardín, mi querido Sacha, mi perro, me recibió con tanta alegría y tanto amor en sus ojos, que me olvidé completamente de tanto imbécil como me pude cruzar ese día. Luis
Al llegar arriba del lugar, amablemente abriendo puertas, ni un gracias, ni un hasta luego, nada de nada.
Al bajar, pasado ya un tiempo, otros delante de mí, esta vez les tocó a ellos ir abriendo puertas, como si estuviesen solos ¿creéis que alguien se dignó sujetar la puerta?. como un imbécil soportando esta mala educación, me paré y sin moverme, viendo el comportamiento del energúmeno, allí me quede atónito.... ni puñetero caso.
Mas tarde, con mi bicicleta paseando a lo largo y ancho de Donostia, despacio como siempre, oí algún improperio de que si las bicis, de que si las aceras ¡otra vez! así ocurrió, ya estoy acostumbrado y a otra cosa, mariposa.
Debía hacer un par de gestiones, informarme de algo y otra vez la misma historia ¡buenos días! y ni dios que te contesta. Mirándome descaradamente como si viniese de otro planeta, observé disimuladamente y pronto comprendi, gentes cutres, amargadas allí habían para dar y tomar...
Llegó mi turno y otra vez buenos dias al funcionario, ¡ni buenos dias ni hostias! así de claro. El pibe, qué sinceramente no pegaba para nada con el entorno, ni con el trabajo, me miraba con cara de gilipollas y que finalmente no me aclaro nada ¡cojonudo!
Paseando de nuevo con mi tartana por el "Bule", saludé a un par de conocidos, o estaban sordos, mal de la vista, ni puñetero caso me hicieron.
Día triste, más bien de funeral, acostumbrado como estoy a la risa fácil, dicharachero, a veces simpático. Comí fuera de casa y la verdad que degusté la buena cocina, pero me sirvieron casi a patadas, a pesar de que allí estábamos cuatro monos, le tuve que decir al camarero que no tenía ninguna prisa, pero se empeño el cazurro de él, como un poseso, no dejarme terminar casi el plato, que ya te estaba cambiando el siguiente...hay dias y dias.
De vuelta ya para casa después de un largo paseo, haciendo la digestión, riéndome de las tristezas, de las rarezas del día, no como otro cualquiera, pensando en cuanto maleducado había topado este día, sin darme cuenta ya me encontraba en la puerta de casa.
¡Qué recibimiento! qué alegría, no me dejó casi ni abrir la puerta del jardín, mi querido Sacha, mi perro, me recibió con tanta alegría y tanto amor en sus ojos, que me olvidé completamente de tanto imbécil como me pude cruzar ese día. Luis
Sí, definitivamente el perro es el mejor amigo del hombre. Eso mismo comentaba un usuario del autobus hace poco. La gente en el mismo con caras de mala leche al ir a trabajar. Deprimidos, mirada perdida. Será el clima gipuzkoano? Será la crísis? Qué será será? What ever will be will be como decía la canción en la película de Hitchcock en "El hombre que sabía demasiado".
ResponderEliminarEndika el que ha escrito arriba...
ResponderEliminarHola Luis, cuando empiezo a leer:
ResponderEliminarEl otro dia pillé una rabieta que terminó por descolocarme, estuve por diferentes lugares como cualquier hijo de madre lo hace diariamente, resultado; un ascensor público en tiempo de bajada y un buenos dias a los que allí esperaban, ni dios me contestó....
No me enteraba de nada, luego poco a poco voy cogiendo el tema. La verdad es que parece que estamos cabreados con el mundo, cada uno a lo suyo sin mirar la cara del de al lado, muchas veces yo también lo hago.
Pero hay quien me sirve de ejemplo y es muy afable, entonces me doy cuenta y trato de reparar mi aislamiento.
Luego nos quejamos de estar solos. Suerte tienes con Sasha, eso es lo mejor, pero también necesita cuidados y paseos.
Las bicis deben ir por los carriles adecuados, que a veces hay mas que aderas para transeuntes, pero hay trozos que resultan difíciles.
Saludos