"Aislamiento Vecinal" (Crónicas Diferentes)
Para la existencia de los movimientos sociales es absolutamente necesaria una buena comunicación entre las personas que toman parte en los mismos.
La forma de comunicarse adquiere normalmente formas muy simples como los carteles, pancartas, octavillas o buzoneos. Pero cuando algún movimiento social incomóda, los políticos del baratillo como en Donostia, lo intentan combatir con medidas de todo tipo, como la represión directa, las multas o su prohibición legal.
Si con un movimiento social por su pequeña composición o actividad no es posible utilizar estos brutales métodos se recurre a otros sistemas para combatirlos.
Es el aislamiento. Es el ninguneo. Es la descalificación.
En nuestro caso, las asociaciones de vecinos de Altza y sus barrios, somos víctimas de un eficacísimo sistema de aislamiento comunicativo entre vecinos, puesto en marcha por los obsesionados políticos del ayuntamiento.
1- Aislamiento
Unas brigadas de intervención rapidísima en guardia las 24 horas, incluido domingos, se encarga de retirar exclusivamente todo tipo de mensaje social colocado en la calle, llámese pancarta, cartel o pintada, minutos después de haberse percatado de su existencia, avisados por las guardias pretorianas y chivatos.
2- Ninguneo.
No darse por aludidos en cualquier reclamación o requerimiento de las asociaciones cortando cualquier hilo de comunicación, si la iniciativa viene de los vecinos.
3- Descalificación personal.
Recurso final de quienes no tienen ningún tipo de respuesta a los planteamientos, problemas o alternativas provenientes de los ciudadanos.
No ocurre sin embargo con otro tipo de pintadas o carteles no molestos política o socialmente, conciertos, anuncios circenses, eventos oficiales, etc. que llevan años ondeando en farolas y vallas o pegados en las paredes.
Sin entrar en inútiles políticas sobre participación ciudadana, la cierta comprobación desde que Odón Elorza fue nombrado alcalde, es que por parte del equipo de gobierno y aquiescencia de la oposición, no ha hecho el más mínimo esfuerzo para que la comunicación vecinal directa se pueda dar.
Por ejemplo, lugares permitidos para carteles, espacios para pancartas y afichajes, paneles gratuitos grandes y suficientes para notificaciones, etc. tal como existen en muchos pueblos de Euskal Herria y en toda Europa.
Un sutil y eficacísimo sistema de eliminar todo tipo de mensaje directo de vecinas a vecinos, permite a la gente de las instituciones una forma más de intentar perpetuarse al frente de las mismas.
Para evitar los medios de comunicarse los politiquillos utilizan, las ordenanzas de limpieza, la policía, los colaboradores y chivatos, los medios de comunicación ensalzadores de sus labores, las brigadas de intervención rápida, la propaganda oficial y el silencio político como modo de gobierno,
Es penoso observar la actitud de nuestros mandatarios, que estando durante otro tipo de régimen exigían lo mismo y ahora lo reprimen, ya que al parecer estamos en la sociedad ideal, en que nada se puede mejorar. El delegacionismo manda y los votantes activos estorban.
Tan penosa también la actitud de muchísimos funcionarios de la "democracia", que antes hacían lo posible por activa o por pasiva para favorecer el trabajo vecinal y ahora son defensores a ultranza de sus jefes y las normativas oficiales. ¿ les deberán algo a los políticos ?.
La forma de comunicarse adquiere normalmente formas muy simples como los carteles, pancartas, octavillas o buzoneos. Pero cuando algún movimiento social incomóda, los políticos del baratillo como en Donostia, lo intentan combatir con medidas de todo tipo, como la represión directa, las multas o su prohibición legal.
Si con un movimiento social por su pequeña composición o actividad no es posible utilizar estos brutales métodos se recurre a otros sistemas para combatirlos.
Es el aislamiento. Es el ninguneo. Es la descalificación.
En nuestro caso, las asociaciones de vecinos de Altza y sus barrios, somos víctimas de un eficacísimo sistema de aislamiento comunicativo entre vecinos, puesto en marcha por los obsesionados políticos del ayuntamiento.
1- Aislamiento
Unas brigadas de intervención rapidísima en guardia las 24 horas, incluido domingos, se encarga de retirar exclusivamente todo tipo de mensaje social colocado en la calle, llámese pancarta, cartel o pintada, minutos después de haberse percatado de su existencia, avisados por las guardias pretorianas y chivatos.
2- Ninguneo.
No darse por aludidos en cualquier reclamación o requerimiento de las asociaciones cortando cualquier hilo de comunicación, si la iniciativa viene de los vecinos.
3- Descalificación personal.
Recurso final de quienes no tienen ningún tipo de respuesta a los planteamientos, problemas o alternativas provenientes de los ciudadanos.
No ocurre sin embargo con otro tipo de pintadas o carteles no molestos política o socialmente, conciertos, anuncios circenses, eventos oficiales, etc. que llevan años ondeando en farolas y vallas o pegados en las paredes.
Sin entrar en inútiles políticas sobre participación ciudadana, la cierta comprobación desde que Odón Elorza fue nombrado alcalde, es que por parte del equipo de gobierno y aquiescencia de la oposición, no ha hecho el más mínimo esfuerzo para que la comunicación vecinal directa se pueda dar.
Por ejemplo, lugares permitidos para carteles, espacios para pancartas y afichajes, paneles gratuitos grandes y suficientes para notificaciones, etc. tal como existen en muchos pueblos de Euskal Herria y en toda Europa.
Un sutil y eficacísimo sistema de eliminar todo tipo de mensaje directo de vecinas a vecinos, permite a la gente de las instituciones una forma más de intentar perpetuarse al frente de las mismas.
Para evitar los medios de comunicarse los politiquillos utilizan, las ordenanzas de limpieza, la policía, los colaboradores y chivatos, los medios de comunicación ensalzadores de sus labores, las brigadas de intervención rápida, la propaganda oficial y el silencio político como modo de gobierno,
Es penoso observar la actitud de nuestros mandatarios, que estando durante otro tipo de régimen exigían lo mismo y ahora lo reprimen, ya que al parecer estamos en la sociedad ideal, en que nada se puede mejorar. El delegacionismo manda y los votantes activos estorban.
Tan penosa también la actitud de muchísimos funcionarios de la "democracia", que antes hacían lo posible por activa o por pasiva para favorecer el trabajo vecinal y ahora son defensores a ultranza de sus jefes y las normativas oficiales. ¿ les deberán algo a los políticos ?.
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