"De pateras y cayucos" (Crónicas Diferentes)
La terrible realidad y soledad de estas gentes que nos llegan del mar, comienzan generalmente en el Sur a comienzos del verano. Las llamadas "oleadas de emigrantes", en su mayoría jóvenes que no de pasan los 22 años, muchos entre 12 y 16, algunos hasta de 8,9 años....
Deberían hacernos pensar bastante mas la tragedia de estas gentes venidas de cientos y cientos de km, muchos de miles, donde también encontramos mujeres, algunas en estado de buena esperanza.
Muchos vienen de África Central, donde bastantes han perecido de cansancio, otros explotados en dificiles condiciones de trabajo. Se han dado casos de zonas, en donde han encontrado vestimentas, zapatillas, que han sido devorados por leones y otros animales que los acechaban en la oscuridad de la noche.
La tragedia de la emigración, de la explotación humana, nos debería hacer ver esta realidad de otra forma mas humana, que la simpleza de decir que se vayan a sus tierras, extranjeros, venís a quitarnos el trabajo, tantas, como barbaridades podemos oír al cabo del día.
De lo mas significante de este drama humano, deberíamos ponernos en sus lugares y sacar conclusiones de estos hechos; Patera, embarcación poco fiable con resaca o fuerte oleaje, con poco fondo y plana. Seguramente nunca sabremos cuantos han muerto ahogados, quinientos, mil, dos mil personas, más, menos?.
En pleno auge llegaron a las costas españolas, Canarias inclusive, hasta seiscientas embarcaciones, años 2002, 2006 ¿cuantas personas se quedaron en la inmensidad del Atlántico, Mediterráneo?
Lo cierto es, las noches y días desgarradores, donde la Guardia Civil, Cruz Roja no daban abasto para salvar tanta zozobra, tanto pánico, tanto grito desgarrador en las noches, donde muchos naúfragos clamaban al cielo para que vinieran a salvarlos.
Mujeres, hombres, niños, desparramados por sus costas, ahogados con ojos de pánico, que ni sus semblantes pudieron descansar, a la hora de su muerte. Traficantes humanos cómo; Brahmín Ibilore, treinta y dos años, marroquí. Acusado de patronear diez y seis viajes desde Marruecos, donde en uno de sus viajes murieron veinte y seis personas. Está detenido y pertenece o es responsable de una de estas mafias.
El éxodo de estas gentes cuando llegan vivos, niños muchos de ellos, como podían ser nuestros hijos, nietos, nos deberían hacer comprender que detrás hay algo más... que una simple emigración.
Cayucos, son embarcaciones de veinticuatro o más, metros de eslora, caben hasta cien y mas personas, con combustible y víveres para casi quince días. Zarpan de Mali, Guinea Bissau, Sidi Ifni (allí hice la mili) República de Guinea, aunque algunos asiáticos, la mayoría pertenecen a estos países....
Donde desgraciadamente algunos cayucos, o viejos buques de desguace, cargados de gentes de todas las edades, los abandonan en alta mar...Conocemos casos donde países del Sur de Europa no los dejaron atracar en sus puertos, otros, salvados por pescadores españoles, muchos, nunca supimos de ellos.
Ha pesar de que muchos podamos narrar estas duras, tristes historias. No es otra cosa, que dignificar a estas buenas gentes y guardar lo mejor de sus recuerdos. También son avisos a navegantes sin escrúpulos, sean por mar o tierra. Gobernantes sin corazón, sin entrañas, donde tarde o temprano tendrán respuestas a sus malditos comportamientos, de gentes que en silencio sufren. Luis
Deberían hacernos pensar bastante mas la tragedia de estas gentes venidas de cientos y cientos de km, muchos de miles, donde también encontramos mujeres, algunas en estado de buena esperanza.
Muchos vienen de África Central, donde bastantes han perecido de cansancio, otros explotados en dificiles condiciones de trabajo. Se han dado casos de zonas, en donde han encontrado vestimentas, zapatillas, que han sido devorados por leones y otros animales que los acechaban en la oscuridad de la noche.
La tragedia de la emigración, de la explotación humana, nos debería hacer ver esta realidad de otra forma mas humana, que la simpleza de decir que se vayan a sus tierras, extranjeros, venís a quitarnos el trabajo, tantas, como barbaridades podemos oír al cabo del día.
De lo mas significante de este drama humano, deberíamos ponernos en sus lugares y sacar conclusiones de estos hechos; Patera, embarcación poco fiable con resaca o fuerte oleaje, con poco fondo y plana. Seguramente nunca sabremos cuantos han muerto ahogados, quinientos, mil, dos mil personas, más, menos?.
En pleno auge llegaron a las costas españolas, Canarias inclusive, hasta seiscientas embarcaciones, años 2002, 2006 ¿cuantas personas se quedaron en la inmensidad del Atlántico, Mediterráneo?
Lo cierto es, las noches y días desgarradores, donde la Guardia Civil, Cruz Roja no daban abasto para salvar tanta zozobra, tanto pánico, tanto grito desgarrador en las noches, donde muchos naúfragos clamaban al cielo para que vinieran a salvarlos.
Mujeres, hombres, niños, desparramados por sus costas, ahogados con ojos de pánico, que ni sus semblantes pudieron descansar, a la hora de su muerte. Traficantes humanos cómo; Brahmín Ibilore, treinta y dos años, marroquí. Acusado de patronear diez y seis viajes desde Marruecos, donde en uno de sus viajes murieron veinte y seis personas. Está detenido y pertenece o es responsable de una de estas mafias.
El éxodo de estas gentes cuando llegan vivos, niños muchos de ellos, como podían ser nuestros hijos, nietos, nos deberían hacer comprender que detrás hay algo más... que una simple emigración.
Cayucos, son embarcaciones de veinticuatro o más, metros de eslora, caben hasta cien y mas personas, con combustible y víveres para casi quince días. Zarpan de Mali, Guinea Bissau, Sidi Ifni (allí hice la mili) República de Guinea, aunque algunos asiáticos, la mayoría pertenecen a estos países....
Donde desgraciadamente algunos cayucos, o viejos buques de desguace, cargados de gentes de todas las edades, los abandonan en alta mar...Conocemos casos donde países del Sur de Europa no los dejaron atracar en sus puertos, otros, salvados por pescadores españoles, muchos, nunca supimos de ellos.
Ha pesar de que muchos podamos narrar estas duras, tristes historias. No es otra cosa, que dignificar a estas buenas gentes y guardar lo mejor de sus recuerdos. También son avisos a navegantes sin escrúpulos, sean por mar o tierra. Gobernantes sin corazón, sin entrañas, donde tarde o temprano tendrán respuestas a sus malditos comportamientos, de gentes que en silencio sufren. Luis
Muy buen artículo Luis. Escrito con alma. Es una tragedia. Ojalá se le ponga fin.
ResponderEliminarEndika
Escrito con el corazón. Sentido. Ojalá muchos pensaran como tu... Si no te importa, lo llevo a mi blog.
ResponderEliminarMuy duro y cierto... pero ¿que podemos hacer? Es en su pais donde deben concienciarles y donde al contrario se aprovechan de ellos sacándoles un montón de dinero para llevarles, a veces, a morir en el mar.
ResponderEliminar¿Como llegar a ellos si no tienen tenlevisiones ni forma de entender la vida, que no es nada agradable en este lado? ¿que pierden gran parte de su libertad y buen humos al ponerse en contacto con una sociedad industrializada?
Pero hay que ponerse en su lugar. Es difícil solucionar el tema. Saludos